El serbio Novak Djokovic aceitó
su imparable marcha en la temporada 2011 al derrotar al español Rafael Nadal por 7-5 y 6-4 y conquistar de esta manera el Masters 1000 de Madrid, uno de los eventos estrella en la previa de Roland Garros.
Así, el número dos del mundo sumó su sexto título del año, amplió a 33 su serie de victorias consecutivas y frenó a Nadal, que llevaba 37 triunfos al hilo sobre polvo de ladrillo.
"Entré a la cancha pensando que podía ganar, estoy muy contento con la manera en que jugué. Esta cancha era rápida hoy, y la aproveché", dijo el serbio, para el que el triunfo de hoy es fundamental.
Tras diez enfrentamientos en arcilla, Djokovic logró de
rrotar a Nadal por primera vez en la superficie. Dos años atrás había perdido 7-6 en el tercer set en las semifinales de Madrid tras disponer de tres match points. Entonces ganó Nadal en cuatro horas y tres minutos de lucha.
"Mala suerte hoy, es siempre un placer jugar contigo, eres un gran campeón", le dijo Djokovic a su rival. "Pensé que a la tercera iba la vencida hoy, pero continuaré entrenando y trabajando para batirte", respondió Nadal a un Djokovic que, tras Indian Wells y Miami, lo batió por tercera final consecutiva este año.
El español felicitó a su rival "por el increíble comienzo de temporada" que está teniendo. Casi tan increíble como el comienzo del partido hoy. El inicio de Djokovic en la final estuvo muy cerca de lo que debe ser el sueño más enloquecido de un tenista. Al iniciarse el partido, el rectángulo naranja de la Caja Mágica estaba bañado ya en sombras, sólo un pequeño sector brillaba al sol, y allí estaba Nadal esperando a devolver el saque de su rival.
Pero el que comenzó a brillar de inmediato fue Djokovic, que hundió a Nadal en un cono de sombras que tardaría un rato largo en abandonar. En pocos minutos, con un revés de fulminante precisión y autoridad en la derecha, Djokovic se adelantó 4-0. Nadal parecía perdido, sus tiros no tenían ni profundidad, ni velocidad. A su tenis le faltaba pimienta.
Pero el serbio se distrajo levemente, perdió su servicio cuando sacaba 5-3 para el set y Nadal, que al fin y al cabo es dueño de la mentalidad más poderosa del circuito, comenzó a remar, a buscar soluciones pese a no estar en su mejor día.
"Rafa" quebró con una derecha invertida para quedar 4-5 y celebró el punto como si hubiese ganado su sexto Roland Garros. El serbio, al que se le había achicado el brazo y sentía la presión, tuvo sin embargo tres set points para llevarse el set por 6-4.
No hay comentarios:
Publicar un comentario