sábado, 28 de enero de 2012

Serbia y Dinamarca disputarán final del Europeo de balonmano

La selecciones de Serbia y Dinamarca se medirán el domingo por el título del campeonato Europeo masculino de balonmano, tras imponerse hoy a Croacia y España, respectivamente.
La selección de Serbia consiguió acceder a la gran final del torneo que se celebra en su país, tras derrotar 26-22 a Croacia.
Los locales se impusieron en una semifinal balcánica en la que basaron su victoria en una gran segunda parte, donde sobresalió Momir Ilic, que finalizó el encuentro con ocho goles.
La selección croata plantó cara e incluso fue mejor que Serbia por momentos durante la primera mitad.
Sin embargo, durante la segunda mitad la presión del público presente en el Belgrado Arena hizo bajar el rendimiento de los croatas, que encajaron un parcial de 3-0 en los primeros minutos del segundo acto.
Por su parte, España se quedó fuera de la gran final del Europeo al caer contra los daneses por 24-25 en un partido en el que, aparte de la mala suerte, faltó la misma contundencia ofensiva que hubo cuando tocó defender. Ahora toca luchar por un bronce que no tiene por qué saber a menos.
Dinamarca, subcampeona del mundo, y verdugo de los españoles el año pasado en el Mundial de Suecia en esta misma instancia, se impuso por ofensiva.
Los nórdicos sólo habían conseguido ser quintos en el último Europeo y ya tienen seguro regresar al podio, después de sus tres bronces consecutivos entre 2002 y 2006, y su único título, en 2008.
En tanto, los españoles, que habían firmado un gran torneo en el que derrotaron a la campeona mundial y olímpica Francia, sufrieron su primera victoria en este Europeo en el peor momento.

Australia: Djokovic-Nadal, la gran final

El número uno del mundo, Novak Djokovic, y el número dos, Rafael Nadal, jugarán este domingo su tercera final de Grand Slam consecutiva para definir al campeón del Abierto de Australia.

Nole quiere sumar su tercera corona en Melbourne y su quinto título en un Grand Slam, el cuarto en un año.

El español tiene la oportunidad de aumentar su palmarés con su segundo Abierto de Australia, que sería el undécimo Grand Slam de su carrera, aunque para ello deberá superar una nueva reválida ante el serbio, quien le derrotó el pasado año en las seis finales que jugaron.


El jugador balcánico también se impuso a Nadal en Wimbledon y el Abierto de Estados Unidos, arrebatándole, tras la final del torneo británico, el numero uno del mundo.

Además, Djokovic fue capaz de derrotar a Nadal en su propio terreno, la tierra batida, en las finales de los Masters 1000 de Madrid y Roma, además de en pista rápida en los primeros dos Masters 1000 de la pasada temporada, en Indian Wells y Miami.

"Puede que tenga una ventaja mental sobre él", reconocía Djokovic tras ganar su semifinal ante el escocés Andy Murray, si bien el de Belgrado matizó que esta final en Melbourne es "un nuevo desafío" ya que se trata de una temporada diferente.

Por su parte, Nadal aseguró que no supone para él una motivación extra jugar de nuevo contra el número uno, porque su objetivo es superarse a sí mismo, "no a Federer, Djokovic o Murray", si bien trasladó la presión a su rival al afirmar que "es el favorito", y que la presión es para el balcánico porque es "el número uno, defiende el título y, de perder, lo haría ante un jugador al que ha ganado las últimas seis veces".


Djokovic contará a su favor con haber dispuesto de un día más de descanso, tras jugar su semifinal el jueves, mientras que Djokovic dispondrá solo de un día y medio para reponerse de la paliza físico que le exigió Murray en semifinales, tras casi cinco horas de partido.

Lo cierto es que las sensaciones de uno y otro parecen diferentes a las del pasado año. Djkokovic, pese a que ha exhibido un gran nivel, no ha alcanzado el tenis excelso de 2011 y ha demostrado algunas debilidades en sus dos primeros sets ante David Ferrer, en cuartos, y en las semifinales ante Murray, quien tuvo al alcance de su raqueta la victoria.

Además, Nadal ha mejorado sensiblemente en su juego y en su intensidad mental en la pista respecto a los últimos meses de la pasada temporada, como él mismo reconocía: "Ahora estoy ganando por tenis, no solo por otras cosas".


A pesar de que una inoportuna lesión en el hombro en el inicio de la pretemporada le impidió entrenar las variaciones que había decidido con su equipo poner en práctica este año, Nadal ha comenzado a notar los frutos en este torneo, con un tenis más agresivo y una mayor intensidad mental durante todos los partidos.

No en vano, el español lleva solo un golpe ganador menos (218) que Djokovic en Melbourne, aunque con su golpe de derecha logró 117 ganadores por 77 del balcánico, quien se mostró más efectivo con el revés, con 62 por 37 de Nadal.

En partidos a cinco sets, se han enfrentado en siete ocasiones, con cinco victorias para el español, dos veces en Roland Garros, en una eliminatoria de Copa Davis, en Wimbledon y en el Abierto de Estados Unidos; los primeros triunfos de Djokovic llegaron el pasado año en las finales de Wimbledon y el Abierto de Estados Unidos.

Ganó su primer Grand Slam:Azarenka reina en Australia



  • La bielorrusa se proclamó campeona del Abierto de Australia, tras derrotar en la final a la rusa Maria Sharapova por 6-3 y 6-0, y se erige como la nueva reina del tenis, ya que saldrá de Melbourne como nueva número uno.

  • La tenista bielorrusa Victoria Azarenka se ha proclamado campeona del Abierto de Australia, tras derrotar en la final a la rusa Maria Sharapova por 6-3 y 6-0, y se erige como la nueva reina del tenis, ya que saldrá de Melbourne como nueva número uno, cogiendo el testigo de la danesa Caroline Wozniacki.

    La bielorrusa, de 22 años, gana además el primer Grand Slam de su carrera tras firmar una excepcional final, en la que tras unos comienzos en los que le pesaron los nervios y la presión, acabó desplegando el gran tenis que ha exhibido en las dos últimas semanas en Melbourne Park.

    Azarenka, que jugaba su primera final de Grand Slam, saltó a la pista mucho más nerviosa que Sharapova, más acostumbrada en su carrera a estas situaciones. Esta situación se evidenció desde los primeros puntos y la rusa tomó el mando, tras quebrar el servicio de su rival en el primer juego de la final.

    La bielorrusa, que dispuso de un 0-30 en contra en el tercer juego, comenzó a reencontrarse con su tenis a partir de ese momento y encadenó tres juegos consecutivos. El partido había cambiado por completo de rumbo y era Azarenka la que se sentía superior en la pista. Sharapova no podía dominar los puntos y los errores no forzados fueron lastrando su juego.

    En un agónico octavo juego, que se prolongó durante casi nueve minutos, Azarenka logró su segunda rotura y sentenció la primera manga a continuación con su saque. La segunda manga fue un recital de Azarenka ante una Sharapova impotente y derrotada, que no encontraba la forma de contrarrestar el juego, mucho más completo, de su oponente. La bielorrusa era un ciclón en la pista y le endosó un 6-0 demoledor, tras 1 hora y 20 minutos de juego, que le permitió alzar el trofeo de vencedora.