lunes, 8 de agosto de 2011

Iniesta, premio 'Marca Leyenda'


La selección española, campeona mundial en Sudáfrica, y Andrés Iniesta, autor del inolvidable gol de la final ante Holanda, recibieron otro homenaje en Madrid, tres días antes de enfrentarse a Italia en un amistoso en Bari. La Roja recogió el 'Marca de Oro', máxima distinción colectiva a un equipo, mientras que el centrocampista del Barcelona fue galardonado con el 'Marca Leyenda'. "El premio lo recibo yo, pero uno sin sus compañeros no es nadie", señaló Iniesta.

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"Es una alegría y un privilegio recibir este premio por todo lo que representa, con sólo ver los nombres de las personas que lo han recibido da vértigo. Me siento agradecido a mis compañeros y a toda la gente con la que he convivido", comentó el manchego, para quien el gol del 11 de julio de 2010 "es una cosa muy bonita de recordar" y de la que se siente "muy orgulloso".

En esa fecha se escribió la página más importante en la historia del deporte español, con Vicente del Bosque a los mandos. El seleccionador acudió al acto de entrega de los premios acompañado del presidente de la Federación, Ángel María Villar. Y ofreció una muestra más de su discurso ponderado, sobre todo cuando le preguntaron sobre la supuesta mala relación entre los futbolistas de Real Madrid y Barcelona.

"Se ha hablado mucho de aquello y algo tiene que haber cuando se habla. Si no existiera no lo habríamos tratado", adelantó. Sin embargo, pronto acudió al discurso mesurado. "Me parece imposible que Iniesta se lleve mal con Xabi Alonso por ejemplo, o Iker y Xavi, Albiol y Piqué. En este espacio de la selección sin unión es imposible que lleguen los resultados. Las buenas relaciones existen y estoy seguro que van a seguir en el buen camino".

Nadal inicia la reconquista

Nadal inicia la reconquista
Las luces se encienden, los relojes se adaptan al huso horario, suena el chasquido de los botes de pelotas, las cuerdas se calientan, se lanza la moneda. Quién saca, quién resta. Jugadores a su campo. Comienza la temporada americana y una nueva era, con Novak Djokovic estrenando su corona de número 1.

El serbio, que no ha participado en ningún torneo desde su título sobre la hierba de Wimbledon, encara el Masters 1000 de Montreal desde lo más alto de la atalaya y con ganas de seguir demostrando que lo de su 2011 no ha sido casualidad ni su éxito, efímero. Sin embargo, verá cómo sus rivales comienzan a trepar. Su mayor amenaza es, sin duda, Rafa Nadal.
Aunque es una superficie que no le agrada demasiado —más dura, más rápida, más ardua, más lejos de casa— Nadal ya sabe lo que es domar el terreno americano. No por nada defenderá título en el último Grand Slam del año, el Open de Estados Unidos. El reto será el mejor aliciente para alimentar sus eternas ganas de superarse; si las derrotas contra Djokovic no le pasan factura y consigue soltar el brazo para incomodarle con su zurda. Pero antes de llegar a Flushing Meadows y, como primer asalto, debuta en Canadá el miércoles contra el tenista croata Ivan Dodig. Y después, a seguir subiendo escalones en un cuadro en el que se puede encontrar a Fernando Verdasco, Tomas Berdych y Andy Murray.

Algo de pesca, relax, amigos y golf fueron las vitaminas que Nadal necesitaba para fijar su mirada al otro lado del Atlántico y olvidarse de Wimbledon. Otra muesca para el serbio en su particular duelo. Por el momento, tras su primera fase de entrenamientos en Manacor, el tenista desembarcó en Montreal para iniciar el viaje de reconquista de un número 1 que está demasiado lejos, a 1090 puntos, pero al que tratará de acercarse lo máximo posible. Él mismo reconoce que no llega al cien por cien, pero Nadal siempre va de menos a más y sus golpes van afinando la melodía del éxito conforme sus cuerdas se entonan.

En el punto de mira

El hombre a batir, Novak Djokovic, ya siente su aliento. Estrena su corona de número 1 y la defenderá con uñas y dientes para continuar un año magnífico demostrando que su juego es el más completo del circuito y que muy pocas son sus debilidades. Dos Grand Slams y cuatro Masters 1000 son un increíble record que certifica su calidad. Y sobre el cemento se encuentra muy cómodo.

Sin embargo, sobre el azul de Montreal se topará con rivales que no se lo pondrán nada fácil. Para empezar, se mide a Davydenko y se puede cruzar con un Juan Martín del Potro que, en lo que va de año, solo sabe mejorar. Por si fuera poco, en una futurible semifinal se encontraría con Roger Federer, a la postre, el único que le ha ganado en este año inmejorable.

El suizo, que cumplió ayer 30 años, no tiene intención de rendirse: «Para ser honesto, prefiero tener 30 que 20. Siento que puedo seguir ganando cualquier torneo». A pesar de su tercera posición y con un solo título esta temporada (Doha), busca aumentar su historial en una superficie en la que sigue siendo referente. Su final en este escenario el año pasado y cinco Open de Estados Unidos lo confirman. Y tiene ganas: «Si Rod Laver lo consiguió con más de 30 años, ¿por qué no voy a pensar que es posible?»

En unos hipotéticos cuartos de final, Federer se enfrentaría a Nicolás Almagro, aupado a octavo favorito debido a las ausencias de David Ferrer, Robin Soderling y Andy Roddick, bajas por lesión. El resto de españoles circula por el lado de Nadal: Feliciano López debuta con Radek Stepanek, último verdugo de Fernando Verdasco, que inicia su torneo contra Tobias Kamke, proveniente de la fase previa. El rival de Albert Montañés, Michael Russell, también se ha ganado el puesto jugando en la previa.

Dos españoles dijeron adiós al torneo en la primera jornada. Juan Carlos Ferrero perdió contra Ernests Gulbis por 3-6, 6-1 y 7-5 y Pablo Andújar, contra Kevin Anderson por 6-4 y 6-4.