domingo, 4 de diciembre de 2011

Mosqueteros del Siglo XXI


La Copa Davis, a pesar de todo, sigue siendo una competición diferente. "En algunos partidos, los ojos de los aficionados me asustan. No se ve luz en ellos. Sólo emociones fijas, idolatría ciega. Horror. Me recuerda a los que nos pasó a nosotros hace mucho tiempo", exageró un día Boris Becker, cuestionando así la definición que Billie Jean King hizo del tenis: "Combinación perfecta de una acción violenta que tiene lugar en una atmósfera de completa tranquilidad". La cita tampoco vale para explicar lo que ha sucedido durante el fin de semana en Sevilla.

"Los torneos de tenis me parecen un juego precioso, pero la Copa Davis es una tortura mental. Siempre que jugaba contra esos franceses sufría un infierno durante semanas", escribió Bill Tilden, ya mayor, olvidado por todos, con la memoria como único consuelo, al acordarse de los Mosqueteros. "Esta competición quizás provoca un sentimiento demasiado nacionalista. Resulta imposible olvidar que tu país depende de ti y de tu juego", fue la reflexión de Arthur Ashe.

Grandes campeones en plena agonía cuando jugaban para una bandera. Porque no es lo mismo escuchar "juego, Ashe" que "juego, EEUU". Pero el pánico pasa. Una veces se celebra el triunfo. Otras, se llora la derrota. Pero al menos aquí hay un hombro cercano sobre el que secar las lágrimas. "En la Copa Davis no se trata tanto de ganar como de compartir algo con un grupo de amigos. Es mucho más que el fin de semana decisivo. Es un tiempo muy especial", asegura hoy Mats Wilander.

La leyenda del trofeo coronado por una 'ensaladera' de seis kilos de plata esterlina que el estudiante de Harvard Dwight Davis encargó en la joyería Shreve, Crump & Low Co. de Boston como premio al torneo que acababa de soñar en 1900 la han construido no sólo grandes campeones sino grandes equipos, grandes generaciones de tenistas que alumbraron el deporte de la raqueta en un momento dado en algún lugar del mundo. El último florecimiento espontáneo que marca una época se ha producido en España. De Ferrero hasta Nadal, el tenis nacional ya merece un hueco en la historia de esta competición.

Mucho más que Nadal

Verdasco, Feliciano, Ferrer y Nadal, antes de medirse a Argentina en la final de Sevilla. | Afp

Verdasco, Feliciano, Ferrer y Nadal, antes de medirse a Argentina en la final de Sevilla. | Afp

Juan Carlos Ferrero, Albert Costa, Álex Corretja y Joan Balcellsanunciaron en el año 2000 lo que se avecinaba. Faltó Carlos Moyà, obsesionado desde entonces con añadir una 'Ensaladera' a su palmarés. Para conseguirla, debió esperar a que creciera su paisano, un fenómeno de Manacor que en 2004 ganaba su primer título ATP, suficiente para que el G3 (Arrese-Avendaño-Perlas) decidiera concederle, en detrimento de Ferrero, una plaza en los partidos individuales de la final de Sevilla, nada menos que el segundo punto ante Andy Roddick. Rafael Nadal alzó por primera vez la pesada joya de Dwight Davis con 18 años y 185 días, el campeón más joven de la historia. Ya no volvió a ser un niño en la pista. Moyà encontró la paz interior tras firmar un punto el viernes y el decisivo del domingo y se dedicó al fin a disfrutar de su profesión, sin agobios.

Con Nadal como nexo entre ambas generaciones, España encontró enDavid Ferrer, Feliciano López y Fernando Verdasco el complemento necesario con el que dar continuidad a un proyecto que nace en las escuelas, ejemplo en todo el mundo. España vuelve a finalizar el curso ATP con 13 integrantes en el 'top 100', uno menos que el año pasado, pero desde hace tiempo siempre por encima de los diez, un lujo hoy sólo al alcance de Francia. Ferrer al fin firmó un triunfo colosal en un encuentro de la final y Nadal ya tiene en su revolver la muesca de un punto decisivo. El balear ha formado parte ya de cuatro equipos campeones y ha participado en tres finales. Como Nadal en 2004, Verdasco también se hizo un hombre con la raqueta, aun con pulso tembloroso, al derrotar a Acasuso en el punto clave de la final de 2008. Aquel triunfo, también como a Nadal, le propulsó desde Mar del Plata a Melbourne, donde al año siguiente inició el curso más completo de su carrera. Algo parecido le ha sucedido también a Djokovic en 2011. Cada uno en su dimensión.

Feliciano López, presente en cuatro finales, tres títulos, no sólo aportó triunfos medulares como este año en Austin, Texas, ante Mardy Fish, o ante Del Potro en esos días de mar del Plata en que realmente se sintió feliz. O también junto a Verdasco en un dobles digno que se cierra con mal sabor de boca tras los dos últimos esperpentos, pero ahí queda un triunfo decisivo ante la República Checa (2009) y uno determinante en Argentina (2008). Feliciano ha aportado, además, una labor inestimable para un capitán. Su alma de 'barra' argentino, las adaptaciones de sus canciones y su respeto y conocimiento por la historia de este deporte y de esta competición han fomentado el buen rollo de la pandilla, de un grupo, de un ciclo que toca a su fin: "Es imposible que volvamos a coincidir los cuatro", dijo Ferrer en Sevilla. "Quinta ensaladera para un equipo que guardaba otra sorpresa para el final. Según parece ser, todos han manifestado su no continuidad en el equipo para el año que viene. Una pena. Se avecinan tiempos difíciles y todos tendremos que tomar duras decisiones", escribe Nicolás Almagro.

La 'revolución Tilden'

'Vinnie' Richards, Tilden y Johnston, en un cruce de Copa Davis.

'Vinnie' Richards, Tilden y Johnston, en un cruce de Copa Davis.

Mucho antes de que España escribiera su nombre en la Copa Davis, de que Nadal encadenara 19 triunfos individuales, existió William T. Tilden, que no perdió ningún encuentro en el torneo de selecciones entre 1920 y 1927, 16 victorias consecutivas -hasta 1969 el torneo se diputó en la modalidad de Challenge Round, en la que el campeón sólo debía defender el título en la final-. Tilden es el inventor moderno del juego. Los globos, la media volea y todos los efectos 'liftados' y ' cortados' de la pelota salieron de su cabeza. Él convirtió un pasatiempo de jardín en un deporte exigente y un espectáculo de masas. Tilden, 'Big Bill', y Johnston, 'Little Bill'. Juntos ganaron 32 de 35 encuentros durante este periodo. Hasta que en 1927, "esos franceses" cruzaron el océano para hacer comprender a Tilden que todo tiene un fin.

Uno para todos y todos para uno

Cochet, Brugnon, Lacoste y Borotra, en el Racing Club de Francia en 1927.

Cochet, Brugnon, Lacoste y Borotra, en el Racing Club de Francia en 1927.

Los avisos llegaron de uno en uno, todos en 1926. Primero de Jean Borotra, el 'clown'. Tilden lo odiaba. "Es el típico francés", decía. "Posee todo el encanto, el calor, el 'glamour' y la hipocresía de París". Borotra era vasco, de Biarritz, el primer tenista que derrotaba al estadounidense desde 1919. La proeza se consumó en febrero. Después sería René Lacoste el primero en tumbarlo en la Copa Davis en el único punto sumado por Francia en aquella final. A Tilden le cayó simpático, pero a quien admiraba 'Big Bill' era a Henri Cochet, su verdugo semanas más tarde en Forest Hills, en lo que hoy es el US Open. "Practica un juego que desconozco", decía de él.

Al año siguiente, a estos tres Mosqueteros se les unió Jacques Brugnon, el doblista, para romper la hegemonía estadounidense en la década. Lacoste batió a Tilden (3-6, 6-4, 3-6, 2-6), 34 años ya en su raqueta, y Cochet a Johnston. El 'Cocodrilo', capaz de tumbar al mejor tenista jamás conocido, recibió la mayor atención. Nada más pisar París, dijo: "Es Cochet, Borotra y Brugnon a quien hay que felicitar. Ellos cansaron a Tilden los dos primeros días. Mi éxito es el suyo". ¿Y si Ferrer no hubiera vaciado de Del Potro el viernes? ¿Hubiera resuelto Nadal? Así funciona la Davis. Francia retuvo la copa durante cinco años consecutivos en el estadio de tierra batida creado para la ocasión, al que decidieron llamar Roland Garros. En 1933, dos ingleses tomaron la 'arcilla' de París.Bunny Austin, el primero que se atrevió con los pantalones cortos, y sobre todo Fred Perry, el último motivo de orgullo británico, se llevaron el trofeo de vuelta a Londres, donde no descansaba desde 1912. Allí permaneció tres años, hasta que Perry prefirió el dinero a la gloria y se hizo profesional. Llegó el momento entonces de Don Budge. Para desgracia del barón Gottfried von Cramm y de Alemania, muy lejos aún de alumbrar a Boris Becker.

Dos décadas de dinastía 'aussie'

Nadie mejor que Rod Laver para resumir aquellos 50 y 60, en los que Australia conquistó 15 de las 20 ediciones: "Yo me siento parte de esa dinastía. Sedgman, McGregor, Hoad, Rosewall, Rose, Hartwig,Cooper, Anderson, Fraser, Emerson, Laver, Stolle, Newcombe, Roche. Es una gran tradición y siento que formando parte de ese grupo uno jugaba mejor. Todo el mundo celebraba una victoria ante un australiano, incluso ante Jack Crawford, ya en sus 70, sólo por su pasaporte 'aussie'". Australia no gana una Copa Davis desde 2003 y ninguno de sus tenistas escribe su nombre en un Grand Slam desdeLleyton Hewitt en Wimbledon 2002. Hoy sólo cuenta con dos tenistas entre los 100 mejores del mundo, Bernard Tomic (42º) y Matthew Ebden (86). Una advertencia para los españoles, que intuyen, como Almagro, un largo tiempo de sequía.

La camada de Borg

Mats Wilander, en la Copa Davis.

Mats Wilander, en la Copa Davis.

Sólo Suecia y EEUU cuentan con más títulos -seis- que España -cinco- desde que en 1981 se adoptara el formato actual de competición, un Grupo Mundial con 16 selecciones. El camino iniciado por Bjorn Borg en 1975, única ocasión en que el jugador de Sodertaljie alzó el trofeo, encontró continuidad en las diferentes generaciones de suecos que, animados por ejemplo del 'padre', de ese 'dios' vikingo, decidieron probar con la raqueta. Mats Wilander, Stefan Edberg, Henrik SundstromAnders Jarryd, Joakin Nystrom y Michael Pernfors disputaron siete finales consecutivas entre 1983 y 1989, tres de ellas con final feliz, incluida la primera ante EEUU en 1984, ante McEnroe, que recién se recuperaba de una lesión en la muñeca, y Connors, que no se hablaba con McEnroe y que tampoco tenía mucho que decirle a Arthur Ashe, el capitán, campeón de tres títulos como jugador (1968, '69 y '70). No tardaron en aparecer Bjorkman, Norman, Larsson, Enqvist, Kulti yGustafsson para firmar cuatro finales en cinco años y otros tres títulos.

Un dream team

Agassi, Courier, McEnroe y Sampras, 'dream team' en 1992.

Agassi, Courier, McEnroe y Sampras, 'dream team' en 1992.

John McEnroe ha conquistado 'Ensaladeras' con Stan Smith, Vitas Gerulaitis, Roscoe Tanner y ya en 1992, en el ocaso de su carrera, ocho años después de su último éxito en un 'major', con Andre Agassi,Jim Courier y Pete Sampras, 33 trofeos de Grand Slam en conjunto. "Me acababa de separar de mi primera mujer, eran tiempos duros, y participar de aquello fue el mejor remedio para superarlos. Nunca me he sentido tan parte de un equipo, de un 'dream team', si se puede llamar así", recuerda. 'BigMac' ganó el dobles con Sampras en la final ante la Suiza de Marc Rosset, que no era ni mucho menos Federer pero sí campeón olímpico, único título que, junto con la Davis, extraña el jugador de Basilea.

- Mención especial a aquellos grandes tenistas que se dejaron el alma en la conquista de la Copa Davis y no lo consiguieron: Gottfried von Cramm, Nicola Pietrangeli, Manuel Santana, Ilie Nastase, Guillermo Vilas y David Nalbandian. El último aún está a tiempo de borrase de esta lista. Méritos no le faltan.

Palmarés de la Copa Davis Grupo Mundial (desde 1981)

6- Suecia (84, 85, 87, 94, 97, 98)
6- EEUU (81, 82, 90, 92, 95, 07)
5- España (00, 04, 08, 09, 11)
4- Australia (83, 86, 99, 03)
3- Francia (91, 96, 01)
2- Alemania (88, 89)
2- Rusia (02, 06)
1- Croacia (05)
1- Serbia (10)

sábado, 26 de noviembre de 2011

David Ferrer, el triunfo de la clase trabajadora que ha logrado eclipsar a Rafa Nadal




Son amigos y compañeros de equipo pero cuando hay una red en medio estos lazos se quedan a un lado.Parece que en la última década el tenis español se podría resumir con un nombre propio: Rafael Nadal. Incorrecto. Es cierto que la estrella del mallorquín, alimentada por los títulos, los récords y sus marcas históricas, parece infinita y hace que su sombra sea demasiado alargada. Precisamente es ahí donde encontramos a David Ferrer, el sinónimo de la clase obrera que tiene la mala suerte de coincidir en el tiempo con un tenista excepcional. Algo parecido le pasa al Real Madrid con el Barça decía Cruyff estos días.

Nadal ha gozado de la atención de los focos, bien ganada, mientras Ferrer estaba a lo suyo: trabajando, peleando, esforzándose y ganando sin gozar de ese interés. Lo cierto es que siempre ha estado ahí y nunca ha salido del escenario tenístico español y tampoco del internacional: por algo está entre los cinco mejores del mundo. Y es que el tenista de Jávea puede gritar a los cuatro vientos que él ha sido capaz de vencer a tres números uno.
En algunos momentos ha podido interpretar un papel secundario pero ahora mismo es el protagonista indiscutible. Con un Rafa bajo de forma y con la pasión por el juego de perdida,Ferrer se reivindica en Londres, una vez más, como el tenista español de moda. Con su juego atrevido, osado y la premisa de 'querer es poder' se ha plantado en semifinales. Es el único representante nacional y está dispuesto a recoger el testigo de Álex Corretja, el último español en ganar la Copa de Maestros en 1998.

Con la humildad por bandera, Ferrer se está ganando, set a set, un reconocimiento difuminado por la omnipresencia de Rafa Nadal. A sus 29 años, el alicantino se puso la capa de héroe anónimo y no le ha ido nada mal. Fue capaz de doblegar a Djokovic, el mejor tenista del momento, y con la clasificación en el bolsillo se permitió el lujo de tropezar ante Berdych aún sabiendo que esa derrota le llevaría a enfrentarse a Roger Federer. El español no pudo con el suizo en las semifinales y cayó derrotado por 7-5 y 6-3. Pese a ello sigue pidiendo permiso para ser grande. Y lo es. A pesar de sus compatriotas. El pequeño David (mide 1'75 lo que le convierte en uno de los tenistas más bajitos del torneo) se hizo grande. Pero quiere más: defender el escudo español ante Argentina en la final de la Copa Davis.

sábado, 19 de noviembre de 2011

Camino a Londres - David Ferrer, el gladiador incansable

Por tercera vez en su carrera, el de Jávea jugará la Copa Masters, donde fue finalista en 2007. Sus piernas infinitas y su tenacidad le han impulsado al número cinco del mundo, desde donde espera sorprender en Londres y atacar a su gran objetivo, la Copa Davis.


A veces en el tenis, la línea que separa el desconocimiento del triunfo es muy corta. David Ferrer ha experimentado el paso de una a otra dimensión tras un largo camino. Muchos tenistas la cruzan y a unos les cuesta más que a otros. Se asentó entre los mejores en el 2007, alcanzando la final de las ATP World Tour Finals en Shangai Aunque su punto de partida, su punto de inflexión, fue en el US Open de ese mismo curso. Nueva York fue el escenario donde salió a relucir el juego de un gladiador. El español maravillaba partido a partido, sorprendiendo, no a sus rivales, si no a todas las almas que presagiaban desde sus butacas las batallas. Tras superar entre otros a David Nalbandian o Rafael Nadal, el alicantino alcanzó por primera vez la penúltima ronda de un grande. Su rival, Novak Djokovic, le apeó de la última ronda. Pero no importaba. 'Ferru' había sacado la bestia que llevaba dentro y había cruzado esa línea tan importante que puede marcar la carrera de un tenista. Pero todavía quedaba lo mejor. El español se colocó entre los ocho mejores del momento y consiguió el pase para la Masters Cup de Shangai. Allí cerró una temporada de ensueño alcanzando la final, donde sólo Federer consiguió frenarle. Se había convertido en el número cuatro del mundo.


No obstante, la trayectoria de David hasta alcanzar la gloria no ha sido nada sencilla. El tenista comenzó a formarse a los ocho años. Ya como alevín dio sus primeros pasos, proclamándose campeón de Valencia y siendo semifinalista en el Campeonatos de España y Europa. Continúo su progresión y tras ganar el campeonato de España de la categoría sub-15, recibió una beca con la que se fue a Barcelona para continuar su progresos empuñando una raqueta como arma. Tras ganar el campeonato de Europa y del mundo por equipos, abandonó L´Hospitalet en 1999 para regresar a Valencia. Allí, ingresó en el Club de Tenis Denia a las órdenes de su actual entrenador, Javier Piles. En el año 2000, tras ganar varios torneos Challengers, se adentró en el circuito profesional con pies de plomo.

Sólo dos años tardó en conquistar su primer torneo ATP en Bucarest. Joven, talentoso y con un triunfo a sus espaldas. Los entendidos del tenis podrían presagiar que una nueva estrella estaba emergiendo. Sin embargo, hasta 2006 no volvió a conquistar ningún título. ¿La causa? Podríamos decir que la desconocemos. Ese salto de calidad en el circuito, siempre es difícil. No obstante, ya en el 2006 dio un salto importante colocándose entre los diez mejores del ranking ATP. El 2007, le sirvió para asentarse como un tenista grande y reconocido a nivel mundial. Hasta los días que corren hoy, el alicantino ha cosechado varios títulos ATP 500 y 250.

Aunque resulte llamativo, Ferrer nunca ha conquistado un Masters 1000. Quizás en gran parte por la culpa de su compatriota Rafael Nadal, quien le ha privado de la victoria en las finales de Roma y Montecarlo, entre otros sitios. Sobre esta superficie, la tierra, es donde mejor se desenvuelve el ahora número cinco del mundo. Sin embargo, no le disgusta el cemento.A sus 29 años, nunca ha ganado un Masters 1000 Sus mejores recuerdos se han producido sobre la pista dura y espera que esta, una vez más, le permita hacer algo grande en esta Copa Masters. ¿Que si puede ganar David? Perfectamente. Hay quien podría advertir que 29 años son demasiados para cosechar su primer triunfo en un torneo de gran envergadura. Pero hablando de 'Ferru', no se puede ni plantear. Es un luchador y es uno de los mejores restadores del circuito. Pero sobretodo, lo que prima en él es su mentalidad. El español nunca tira la toalla y siempre continúa incansable un camino que, sin duda, acabará con títulos de gran entidad.

A esta Masters Cup de Londres llega tras hacer quizás la mejor temporada de su carrera, tal y como ha reconocido hace unos días en una entrevista a la ATP. Tras firmar un 2011 de ensueño en el que ha conquistado los títulos de Auckland y Bastad y ha alcanzado las semifinales de un grande, como es el Abierto de Australia, el valenciano intentará conseguir un triunfo que le lleve a la gloria.

martes, 15 de noviembre de 2011

El año de... David Ferrer

¿Cómo clasificaría usted a David Ferrer? ¿La cola incansable del big four o la cabeza destacada del resto? Seguramente sea imposible colocarlo en un estante determinado, ni tampoco nos hace falta. En un circuito monopolizado por cuatro nombres, Ferru es el aire fresco del batallador incansable.
Hablar de David es apoyar la espalda contra el respaldo y sonreír de felicidad recordando lo mucho que nos hace disfrutar partido tras partido. Un reflejo del Rafa mortal, una bestia del trabajo capaz de brillar en cualquier superficie.

Este año le han sobrado semanas para estar con los ocho mejores. Con todo derecho, Ferrer se ha plantado en Londres con la autoridad de los mejores. Estamos hablando del mejor año de su carrera, palabras mayores para un tenista que no deja de buscar su hueco en la Historia.

La temporada, y una parte importante de su trayectoria profesional, ha venido marcada por Rafa. Aunque grandes amigos, lo cierto es que el balear ha resultado para David una mosca cojonera de categoría especial (con todo cariño). Este año ha conseguido frenar la furia del mallorquín en pista rápida, alcanzando semifinales de Australia y final en Shanghái tras sendas victorias ante el número dos del mundo.

En ambos casos Murray le impidió dar un paso al frente. De todas formas, donde su palmarés hubiera engordado considerablemente sin la sombra de Rafa es sobre arcilla. En Montecarlo y Barcelona (una vez más Barcelona...), Ferru pisó final sin ceder set alguno en el torneo. De poco valió ante el mejor jugador que ha existido sobre tierra batida

Pero David sigue derrochando energía sin pausa. Nadie en todo el ranking ATP se merece más un Masters 1000 que el de Xábia. Mientras esto no ocurre, las alegrías se las han llevado dos los triunfos en Auckland (250) y Acapulco (500) y, muy especialmente, la Copa Davis.

Imposible olvidar la ENORME eliminatoria de David en Austin. En el más difícil todavía, Ferrer se sacó la espina de Mar de Plata para llevar en volandas a España hacia semifinales. Ahora mira a Sevilla de reojo, mientras defiende su derecho a discutir la supremacía de los de siempre en un torneo que ya le ha visto jugar una final (2007). Imposible profetizar rendimiento, pero si la sorpresa salta en el O2, seguro que Ferru está sobre la pista.


Nadal comenzará con Fish, Ferrer con Murray y Djokovic con Berdych

El número dos del mundo, el español Rafael Nadal, iniciará su recorrido por la Copa Masters, que comienza el domingo próximo en Londres, ante el estadounidense Mardy Fish, mientras su compatriota David Ferrer ante el británico Andy Murray el próximo lunes, igual que el número uno del mundo, el serbio Novak Djokovic, que empezará con el checo Tomas Berdych.

También el domingo, el vigente campeón, el suizo Roger Federer, cuarto del circuito, reeditará la reciente final del Masters 1000 de París y comenzará su participación en la Copa Masters ante el francés Jo Wilfried Tsonga.


El otro, liderado por Djokovic, lo conforman el británico Andy Murray, el español David Ferrer y el checo Berdych.El helvético ha quedado encuadrado en el mismo grupo que Nadal, con el que jugó la final el pasado curso, en el recinto O2 Arena de Londres. Tsonga, que hará su segunda aparición y el debutante Fish completan este cuarteto, en el Grupo B.

Federer llega a Londres con una racha de doce victorias consecutivas después de conseguir los títulos de Basilea y el Masters 1000 de París. El suizo, campeón de la Copa Masters en los años 2003, 2004, 2006, 2007 y 2010, pretende superar a Pete Sampras e Ivan Lendl, que al igual que el helvético acumulan cinco éxitos en la competición.

Nadal, por su parte, disputó su primera final en el torneo el pasado año. Ha superado este año tres veces al helvético.

Murray, por su parte, llega al torneo tras ganar 18 de sus últimos 19 encuentros. Desde que llegó a semifinales del Abierto de Estados Unidos, el escocés ganó en Bangkok, Tokio y Shangai. Murray y Djokovic estarán en el Grupo A con el finalista 2007, David Ferrer y Tomas Berdych, que participará por segundo año consecutivo.

La competición se abrirá el domingo con el duelo entre Federer y Tsonga, que jugarán por séptima vez esta temporada. A continuación, Nadal se medirá a Fish.

El lunes empezará con el choque entre Ferrer y Murray, que ha ganado las cuatro últimas ocasiones al español. Djokovic, que busca coronar una de las mejores campañas en la historia del tenis, jugará a continuación al finalista de Wimbledon del 2010 Tomas Berdych.

En dobles, los estadounidenses Bob Bryan y Mike Bryan y la pareja formada por el francés Michael Llodra y el serbio Nenad Zimonjic lideran los Grupo A y B, respectivamente. Otros dos equipos, los compuestos por el sueco Robert Lindstedt y el rumano Horia Tecau y la del indio Rohan Bopanna con el paquistaní Aisam-Ul-Haq Qureshi, que harán su debut en el torneo de fin de temporada.

.- Grupo A

Novak Djokovic (SRB)

Andy Murray (GBR)

David Ferrer (ESP)

Tomas Berdych (CZE)

.

.- Grupo B

Rafael Nadal (ESP)

Roger Federer (SUI)

Jo-Wilfried Tsonga (FRA)

Mardy Fish (USA)

domingo, 13 de noviembre de 2011

Federer: "Todavía me motiva ganar"

Roger Federer logró la victoria en el Masters 1.000 de Bercy, la única en un torneo grande logrado esta temporada, con la que completa un excelente palmarés que espera ampliar, porque asegura que todavía le motiva ganar.

"Esta no es una victoria contra nadie, pese a las críticas que me han dedicado este año, que encuentro normales tras tantos años de alabanzas. Pero no he sentido presión. Creo que, pese a los resultados, he completado un año sólido", aseguró tras derrotar al francés Jo-Wilfried Tsonga por 6-1, 7-6(3).


Federer señaló que nada le ha perturbado esta temporada y que si no ha ganado más partidos ha sido por falta de suerte. "Perdí partidos que nunca debí perder, encuentros que otros años ganaba. Pero cero que puedo volver a hacer un gran tenis, como el que he hecho esta semana", comentó.

En cuanto a la motivación, el hombre que ostenta todos los récords señaló que la encuentra en diferentes cosas.


"En los torneos que has ganado muchas veces, es siempre bonito volver para intentarlo de nuevo, en los que no he ganado nunca, como lo era este, siempre es un desafío conseguirlo. Todavía me motiva ganar", indicó el suizo en un mensaje a quienes aseguran que está en el ocaso de su carrera.

El helvético aseguró que el triunfo en París se debe a las seis semanas de reposo que se tomó después del Abierto de Estados Unidos, motivadas por problemas físicos.


"Visto ahora, es la buena decisión, pero creo que si no hubiera ganado aquí y en Basilea también hubiera sido lo acertado, porque lo decidí pensando en Londres. Me gustaría trasmitir a los tenistas jóvenes del circuito la importancia de descansar", aseguró.


"Creo que Londres va a ser más interesante que otros años, porque está más igualado, no hay un favorito claro. Ya tengo ganas de ver el sorteo", comentó.Federer señaló que espera producir su mejor tenis en Londres, pese a que sale de París con un resfriado que espera superar en los próximos días.

El suizo aseguró que ganar en Bercy le hizo particular ilusión porque nunca lo había hecho, pero también porque la noche pasada no fue fácil para él.

"Me sentía muy crispado antes del partido. Y, además, esta noche a las 4 de la mañana una de mis hijas se despertó y tuvimos que traerla a nuestra cama. No es la mejor forma de preparar una final", dijo entre risas.

Fuente: espn deportes

viernes, 11 de noviembre de 2011

Viene con sorpresa


El pobre de Nicolás Mahut intenta llegar a la red con cualquier método que tenga a su alcance, pero indefectiblemente llega tarde o es pasado por David Ferrer. Si las reglas le permitieran, le tiraría dos pelotitas a la vez para que el español se confundiera, pero ni así.

El torneo que alguna vez se jugó "sobre hielo", que fue señalado como el más rápido del circuito ATP cuando todavía existía la categoría carpeta sintética alfombra de goma que se desenrollaba sobre una superficie dura- hoy permite intercambios en los que la bola pasa 42 veces por sobre la red (sucedió en el choque entre los serbios Novak Djokovic y Viktor Troicki) y les da una segunda oportunidad a jugadores como Ferrer o el argentino Juan Mónaco, quienes pudieron moverse con comodidad desde la base y alcanzaron las rondas finales.

El cambio forma parte de un proceso de homogeneización de las superficies en el circuito. No sólo desaparecen las ultraveloces (Roger Federer admite que las canchas que él llamaría "rápidas" son las de Cincinnati cuando hace calor y las de Montreal, en la jornada diurna), sino que las pelotitas también hacen su juego para agilizar el trámite en polvo de ladrillo y producir el efecto contrario.


El cambio en este torneo fue gradual, hacia la ralentización de la superficie, pero seguían dominando los jugadores acostumbrados al suelo veloz (Sampras en 1997; Rusedski en 1998; Agassi en 1999; Safin en 2000, 2002 y 2004; Berdych en 2005). En 2007, la superficie cambió de color, para favorecer la televisación: de azul violáceo en su totalidad a verde fuera y azul dentro. En 2008, invirtieron los colores, con verde en el interior y azul fuera de los límites del rectángulo. Ya se disputaba sobre una superficie dura colocada por paneles de madera con superficie rugosa de acrílico, como lo es hoy (con un colega, tuvimos la oportunidad de pisar la cancha Nº 2).
Sin embargo, París tiene su historia bien diferenciada. En 1991 se coronaba el ofensivo Guy Forget; un año después, Boris Becker, y en 1993 un rey del "palo y a la bolsa", el croata Goran Ivanisevic. Cuenta Julien Reboullet, del diario deportivo francés L'Equipe, que en aquella final con el ucraniano Andrei Medvedev, la gente en el Palais Omnisport de Bercy silbaba los aces de Goran. Querían ver puntos que duraran más de dos segundos.Fuente: espn deportes.


Después de la edición 2009, hubo quejas: se había llegado a un punto en el que la cancha era demasiado lenta. La organización cambió para el año siguiente, pero se les fue la mano: quedó muy rápida. Como ejemplo están los aces de Michael Llodra, quien tuvo match point en semifinales ante el posterior campeón, Novak Djokovic.

No encontraban con el punto justo y es necesario decir que es imposible contentar a todos los jugadores. Rafa Nadal se quejó el año pasado, le hicieron la cancha más lenta y esta vez no vino. Ahora el que está disconforme es el irónico Andy Roddick: "Es mucho más lenta que la del año pasado. No sé si quieren tenernos adivinando cada vez que venimos. En otros torneos tienes alguna idea de lo que vas a esperar, pero ir de un extremo a otro en un año, no es bueno. Los cinco minutos del primer peloteo suelen ser muy entretenidos". Según la explicación oficial, la idea es que la velocidad de Paris-Bercy fuera similar a la del Masters de Londres.

David Ferrer coincide con esta idea en charla con ESPNDeportes: "El año pasado era lo más rápido que había jugado en mi vida, y este año es lo más lento que he jugado en canchas bajo techo. Nunca sabes lo que van a poner, sólo cuando tocas la bola por primera vez", contó el español. José Clavet, entrenador de Juan Mónaco, afirmó que "cada año, la cambian y hacen lo que quieren, pero tiene que ver con lo que les piden los jugadores. Unos van para un lado y otros para otro".


La belleza en el tenis no tiene que ver con la duración de los puntos: puede haber una excelente volea en el tercer disparo o un extenuante peloteo que deje de cama a sus protagonistas. El problema, en este caso, es que el torneo no encuentre su punto justo. Este año reinaron los puntos extensos, a excepción de dos partidos "de otra época", uno entre Llodra y Feliciano López, el de López con John Isner, y otro entre el impredecible Florian Mayer y el igualmente talentoso Radek Stepanek. Fuimos privilegiados testigos de la diversidad de golpes y efectos empleados en este último.

"Coincidimos con varios jugadores, especialmente los top ten, que el torneo previo al Masters debería tener, si no es igual, una superficie muy parecida. El año pasado vinimos de Basilea, que era velocidad intermedia, a una extra-extrarrápida, y luego fuimos a Londres, que era un poco más lenta que ambos torneos", recordó Novak Djokovic. Puede ser peligroso por las lesiones. Mi opinión es que me gusta la cancha así antes que lo rápida que era el año pasado", agregó el Nº 1.

"Yo no fui uno de esos jugadores que coincidieron", contestó Murray, consultado acerca de las palabras de Nole. "De todas formas, está bien así, es parecida a las demás indoor, no como ocurría el año pasado".

Nuevamente en su versión lenta, una paradoja: los semifinalistas son jugadores que prefieren las superficies veloces: Federer, Isner, Berdych y Jo-Wilfried Tsonga. Sobre el asunto de la cancha -y cómo evitar que se bajen las estrellas en el último torneo ATP de la temporada regular- deberá pensar Guy Forget, quien el año próximo ya no estará al frente del equipo francés de la Davis. Entre sus nuevas ocupaciones, figura la de dirigir el torneo de Bercy.