David Villa fue el máximo goleador de España en el Mundial de Suráfrica, pero el tanto del triunfo final lo marcó Iniesta, quien será siempre el recordado. Entre otras razones, porque tiene quien le escriba y le promocione. En la Eurocopa sub’19 el gran goleador ha sido el madridista Morata, pero quien marcó los dos goles que dieron el triunfo fue el valencianista Alcácer. Desde el punto de la memoria de la Prensa, durante un tiempo perdurará la gesta de Morata y no la de Alcácer porque éste no tiene quien le escriba ni lo publicite. Sin embargo, podría suceder que en el futuro fuera éste quien figurara en la orla de los jugadores que desde las categorías inferiores alcanzan la fama en Primera División. Alcácer tiene la ventaja de que en el Valencia puede hallar la consagración porque, seguramente, le concederán oportunidades. Morata lo más probable es que tenga que emigrar porque en el Real Madrid siempre habrá un foráneo con «glamour» y miles de millones en el traspaso que le cortarán el paso.
Lo conseguido por los jóvenes en Rumanía coincide con los éxitos recientes de la sub’21 y la sub’17 femenina. Si todos los equipos nacionales campeones tienen gran mérito, tal vez quienes merecen mayores elogios son las muchachas. Pertenecen a unan disciplina que se juega casi clandestinamente. Casi nos hemos percatado de su existencia porque se han proclamado campeonas de Europa. Ahora esperamos a la sub’20 en el Mundial de Colombia. También tiene antecedentes triunfales.
Posdata. La cantera madridista da frutos para que gocen de ellos en otros clubes. El Barça aprovecha los suyos.
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